Desde Acción Liberal, nos sumamos a la mayoría de ciudadanos que se niegan a renunciar a un derecho fundamental protegido por la Constitución en su artículo 27.3: la libertad de cada familia para proporcionar a sus hijos una formación religiosa y moral adaptada a sus propias convicciones.
Frente al ataque liberticida organizado por esta izquierda sectaria y chavista, encabezada por el PSOE de Sánchez, apelamos a la insumisión de los padres contra el intento de instaurar una única moral oficial, diseñada por políticos y funcionarios. Tratan así de destruir la principal mejora que hemos alcanzado durante la democracia, tras 40 años de régimen autoritario: el derecho de los padres de participar activamente en la formación moral de nuestros hijos.
Los padres nos opondremos frontalmente a este secuestro reaccionario perpetrado por estos “flautistas de Hamelin”, a quienes no les importa realmente la formación moral de nuestros hijos, sino imponer por Decreto un pensamiento único social-marxista, a través de comisarios políticos nombrados a dedo, o (como ya es demasiado frecuente) de ONGs muy “gubernamentales”, sostenidas con nuestros impuestos.
Desde Acción Liberal, reclamamos un principio tan básico como el respeto a la diversidad educativa en nuestras escuelas, lo que implica nuestro derecho como padres a vetar aquellos contenidos extraescolares que traten de imponer una única Verdad o Confesión uniforme, adaptada a los caprichos del gobernante de turno. Como liberales, entendemos que estamos ante un derecho inalienable de cada familia, al margen de cuál sea su religión, raza, cultura o ideología política (tal como establecer nuestra Constitución)
Asumimos que el Estado es el máximo responsable de organizar los contenidos reglados y curriculares, pero no admitiremos que políticos y funcionarios (ni tampoco sacerdotes de cualquier confesión) traten de moldear la conciencia moral de nuestros hijos, a modo de un “Gran Hermano orwelliano”.
Por ello, las familias nos reservamos el derecho irrenunciable a estar informados sobre todas las actividades extraescolares, así como poder vetar cualquier actividad que entendamos contraria a nuestras convicciones morales. No importa tanto la forma en que se instrumente este derecho (mediante un “pin”, o a través de las AMPAS), pero este Gobierno debe asumir que defenderemos este derecho en todas las instancias.
Acción Liberal
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