Probablemente, el mayor logro de la humanidad haya sido la consecución de la libertad de elección por parte del ciudadano. Poder elegir gobernante, poder elegir dónde vivir, qué comer, si crear una familia o no, etc… Estas elecciones enriquecen la vida haciéndola más al gusto de cada uno. Las elecciones que tomamos día a día superan con creces las que tenía alguien en la Edad Media o en la Edad Moderna. En definitiva, a más elección más libertad y más poder para alcanzar las metas que cada uno se marque.

Fue un logro para este país poder elegir si un niño daba la clase de religión o no, como también se celebró la libertad de elección de la mujer (y solo de ella) para decidir si seguir adelante con un embarazo.

¿Por qué está libertad de elección siempre reivindicada choca ahora con el pin parental?

A pesar de la magnitud generada por la noticia, la realidad es que el pin parental es tan efectivo cómo sacar al hijo del colegio en la hora de la charla que los padres desean evitar.

Realmente, esta pequeña medida no va a modificar en absoluto los bajos rendimientos del sistema educativo público español en el informe PISA, que es lo que realmente debería preocuparnos a todos.

Por otro lado, el artículo 27.3 de la Constitución reza así: “Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.”

¿No responde el pin parental precisamente a este artículo?

¿Que busca en esta batalla nuestro gobierno?

La inutilidad de una confrontación en los tribunales, como pretende el gobierno, choca de frente con su proyecto de “desjudicializar” la política, y la forma de justificarla ha sido con desafortunadas expresiones como ”los hijos no pertenecen a los padres”. Por eso mismo, ni en el fondo ni en la forma, podemos tomarrnos como una reivindicación justa esta maniobra del gobierno. Una campaña de marketing orientada a no dejar indiferente a nadie.

La necesaria reforma del sistema educativo con medidas como el cheque escolar parece que se volverá a dejar en el tintero.

Aunque inútil, defender el pin parental es solo una defensa de la libertad de elegir, posiblemente nuestra única defensa contra el poder del Estado.

Daniel León
Socio de Acción Liberal

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