Foto: ABC - 

El vuelco electoral del PSOE andaluz en 2018 propició la llegada del Pp y de Cs al poder de la Junta. Al poco tiempo se anunció una bajada de impuestos, algo que muchos estábamos esperando, pero también se anunció un aumento del 5% del gasto público. Bajar impuestos y subir gasto al mismo tiempo es una práctica poco recomendable para mantener las cuentas.

Muchos liberales andaluces esperábamos el desmontaje de toda la administración paralela. Este ente nació en el año 2010 con la oposición de todo el estamento funcionarial, que convocó una histórica manifestación. Con casi 26.000 empleados y un gasto de 3.500 millones de euros que es un 10% del presupuesto anual, la administración paralela es un pozo sin fondo y sin control. Refugio de amigos del poder y enchufados afines al partido.

Tras más de un año del nuevo equipo de Gobierno, no sólo no se ha reducido sino que 8.000 de estos trabajadores pasarán a ser funcionarios. El anuncio fue acompañado por una rueda de prensa en la que el gerente del SAS expresó: «Tiene una repercusión económica que estamos dispuestos a asumir en aras de darles mejores condiciones a los trabajadores y mejor servicio».

Este es el mismo SAS que en 6 meses había gastado 322 millones más de los presupuestados.

La situación que tenemos es de un aumento de gasto con una economía que se acerca rápidamente a un escenario de desaceleración.
Mucho me temo que esta “nueva” Junta nos va a llevar a todos a nuevas cotas de endeudamiento, justo lo que el PP denunciaba cuando estaba en la oposición. Todo cambia para permanecer igual, al menos en Andalucía.

Daniel León
Socio de Acción Liberal

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