En todos lados del espectro político se produce un extraño fenómeno que justifica los mas amplios cambios de criterios, la adopción de los principios más alejados de los propios y el andar continuamente con dos varas de medir, pongamos que hablo de la conspiración.
Y es que poco ha cambiado la mente humana desde que el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha quemaba sus córneas leyendo novelas de caballería a la luz de una vela, para luego imaginarse que salvaba a la bella Dulcinea de las garras de malvados hechiceros todopoderosos. Ahora se lee las teorías mas
variopintas en una pantalla LED de un móvil y se twitea para poder salvar a la humanidad de un siniestro destino.
En mis entretenidas charlas en los ambientes mas variopintos al final siempre surge una explicación a cualquier suceso, una idea que cuadra el círculo y convierte el agua en vino, esa idea es recurrente, infinita y mutable. Se trata de una conspiración ultra secreta a voces, mas bien habría que hablar de varias conspiraciones que al final se unen en una. En ella aparecen variopintos personajes que conspiran para llevar a cabo un plan tan secreto como público.
Este ente del mal controla todos los medios de comunicación, todos los poderes públicos y todos los poderes económicos. ¿Todos? ¡No! Siempre existe un pequeño grupo de elegidos que resiste a pesar de todo. Al igual que hacía Astérix en los comics pero sin marmita mágica estos ciudadanos combatirán hasta el
último aliento a ese enclave de malvados superpoderosos que quieren poner en riesgo su forma de vida.
Y es que estos de las conspiraciones viene de antiguo, pero muy de antiguo. En un somero repaso podemos destacar los progromos en toda Europa para acabar con los judíos, la eliminación de los templarios, la masonería, la «puñalada por la espalda» de la que había que defender al pueblo alemán en los años treinta,
el senador McCarthy y su caza de brujas y un larguísimo etcétera…
En la novela de 1984 Orwell nos habla de un tal Emmanuel Goldstein que, imitando la imagen de Trosky, estaba decidido a terminar con la sociedad, en la distopía la sociedad debía sentarse a insultar gritando durante el «minuto de odio».
Incluso en España, Franco imitando a Stalin, llamaba a la cruzada contra un «contubernio judeo masónico comunista internacional», que tuvo a este país en alerta durante casi 40 años.
Durante milenios se han justificado los mas horrendos actos como un mal menor para defenderse de un supuesto ataque por parte de una supuesta organización que supuestamente contaba con un supuesto plan para acabar con el bienestar de la sociedad. Y así hemos llegado a nuestros días.
Los que creen en la conspiración lo hacen para poder justificar el dejar de lado los mas altos principios, se vota a partidos contrarios y se cabalgan contradicciones para poder contrarrestar esa oscura fuerza que amenaza con acabar con todo. Y es que el miedo es poderoso pero mas poderoso es cuando es a algo indefinido y de proporciones colosales.
Dicen que todas los procesos electorales son un fraude pero a pesar de ello van a votar en todas las ocasiones para evitar la llegada al poder de alguien que podría propiciar esa hecatombe.
El foro de Davos, el club Bilderberg, Bill Gates, Soros, Merkel, Twitter, el FMI la red 5G, los Bitcoin y lo que sea formará parte de ese intrincado entramado que a duras penas sostiene las mas oscuras predicciones para el futuro. Algunos de estos personajes forman parte de conspiraciones tanto de la derecha como de la izquierda y si alguno de ellos desaparece siempre hay mas para sustituirlos.
¿Cuál es el objetivo de dedicarle tanto tiempo a las conspiraciones? Una conspiración da seguridad, como la religión, completa todo aquello que no tiene explicación. También ayuda a negar la realidad, si gana el partido contrario ha sido por culpa de una confabulación, no porque el partido propio haya podido actuar mal.
Esa es la solución para todo: para justificar actos contrarios a lo que uno debería hacer, para creerse superior a los demás que no saben de conspiraciones, y, lo más importante, para apostarlo todo a algún personaje populista como único salvador.
La libertad es el camino mas difícil y no todo el mundo está dispuesto a recorrerlo, una conspiración es la excusa para dejar de lado esa libertad sin sentir la culpabilidad de apartarse de ella. Al final la conspiración es la solución.
Danilos
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