La izquierda vuelve a purgarse a sí misma. En un giro tragicómico del destino, Yolanda Diaz, la persona designada a dedo por Pablo Iglesias ha sido la que lo ha finiquitado. Bueno, Yolanda y los pésimos resultados electorales de una fuerza política que a punto estuvo de ser la más votada de España. Otros de los motivos son el híper liderazgo y los individualismos que cegaron a sus líderes.

Una fuerza política como nuestra extrema izquierda que hace gala del colectivismo pero que ejercen el individualismo más que ninguna. Eso explica la miríada de partidos que se crean y se destruyen a toda velocidad mientras los candidatos aparecen, mutan y desaparecen. Partidos que a pesar de compartir una gran parte de su programa son más que rivales, enemigos. Y la única causa que explica eso es el individualismo que esos mismo líderes tanto critican a los demás.

Tampoco ha salvado a Podemos la sororidad, ese palabro que derivada en el “Yo si te creo, hermana”. Y es que entre estas “hermanas” de la izquierda no han faltado las puñaladas, los vetos y el dejar a compañeras en el camino. Y eso que el problema de esta sociedad, según ellas mismas, es que los líderes son varones.

«Sumar» llama Yolanda a su proyecto y para asegurarse de que se suma, en el acuerdo firmado se estipula que el que se mueva “no sale en la foto” perdiendo la financiación. Ha sido la financiación y el auge de la derecha que hacía peligrar a la primera lo que ha “unido” a la izquierda. Y es que, los que aborrecen el dinero y se consideran “del pueblo” demuestran que cuando peligran sus status más vale dejar atrás los ideales y unirse a la “causa”.

El fin de Podemos cierra un ciclo, una etapa de la política española en la que las ideas más “progresistas” llegaron al poder. La ejecución de esos planes, en forma y fondo, se ha demostrado nefasta, resultando que ni la propia izquierda  los quiere a su lado. El electorado olvida rápido y dentro de poco el ciclo volverá.

Yolanda, vencedora por ahora de las izquierdas, ha demostrado que se puede cabalgar como oposición a un gobierno al que se pertenece, que se puede ser rival de una formación que la ha encumbrado y que con un discurso lleno de palabras cursis se puede unir a las izquierdas. La pregunta ahora es ¿Quién terminará purgando a Yolanda?

Danilos

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